viernes, 10 de febrero de 2012

8 consejos simples para editar tu propio trabajo

Un factor clave que separa a los escritores mediocres de los buenos (e incluso el bien del mal) es la calidad de su edición.

Si estás trabajando para una revista grande o casa editorial, tendrás un editor que ve a través de tu trabajo, revisa si hay frases torpes o ambiguas, y corrige los errores ortográficos pero si estás trabajando en tu primera novela, o publicas entradas en un blog, estás casi seguro que va a ser por tu propia cuenta.

Es difícil editar tu propio trabajo. Podrías terminar saltando de edición en conjunto porque lo odias o puede pasar horas tratando de obtener una pieza correcta. Estas ocho sugerencias te ayudarán a desarrollar tus habilidades de edición:

# 1: No edites mientras escribes

Probablemente has escuchado esto una y otra vez: no te detienes a editar al mismo tiempo que estás escribiendo. Es un gran consejo, aunque muchos escritores les resulta difícil de cumplir.

Está bien hacer una pausa y corregir un error tipográfico, o reiniciar una sentencia, mientras que se está creando el primer borrador , pero no elimines frases o párrafos enteros.

Si realmente luchas por escribir sin edición, trata de escribir o morir, lo que te obliga a hacer el progreso mediante la supresión de las palabras, si dejas de escribir durante mucho tiempo.

# 2: Pon de lado tu trabajo por unos días

Trata el tiempo extra en tu horario de escritura, de modo que puedas dejar tu trabajo antes de editarlo. Con un pequeño fragmento como una entrada del blog, un día lejos de ella o incluso unas pocas horas es suficiente. Si has escrito una novela entera, trata de dejar a un lado por lo menos una o dos semanas antes de iniciar el proceso de edición.

De esta manera, se hace más fácil para ver tu nuevo trabajo. Vas a venir para arriba con nuevas ideas, y encontrarás que puedes manchar los capítulos que no se ajustan, agujeros en la trama, caracterización incoherente y otros problemas de gran imagen.

# 3: Lee en un formato diferente

Físicamente convertir tus palabras en un formato diferente puede ayudarte a identificar problemas o errores más fácilmente. Es posible que desees imprimir una entrada del blog antes de editarlo, o transferir tu novela en un dispositivo e-reader.

A menudo, es útil echar un vistazo a tu trabajo en su forma impresa (o tan cerca como puedas conseguirlo). Si tienes un blog, por ejemplo, podrías utilizar tu plataforma de blogs de "vista previa" función para comprobar que funciona. Si estás escribiendo un boletín electrónico, podrías probar enviando un correo electrónico a tu propia cuenta. A veces, te darás cuenta de los problemas que no se destacan antes, como demasiados cortos, largos párrafos o errores tipográficos evidentes.

# 4: Edita para la Estructura y Contenido de Primera

Con demasiada frecuencia, los escritores comienzan su edición por pulir cada frase y luego terminan de cortar grandes trozos de su material más adelante. Es mucho más eficiente para hacer tu gran cuadro de edición de primera: que significa buscar:

  1. Los capítulos o secciones que deben ser cortadas tal vez son demasiado avanzados para la pieza, o son una tangente al punto principal
  2. La falta de información que necesitas agregar, como una nueva sección o capítulo
  3. Las escenas o secciones que deben ser radicalmente revisadas
Los principales recortes, adiciones y vuelves a escribir es necesario que ocurra antes de comenzar a excavar hacia abajo en las oraciones individuales y las palabras.

# 5: Recorta del 10% de tus palabras

Una vez que estés ampliamente satisfecho con la forma y el flujo de la pieza, es el momento de cortar. La mayoría de los escritores sobre escriben: utilizamos más palabras de las que necesitamos, y nos debilita nuestro argumento o una historia en el proceso.

¿Es un número de palabras para tu pieza entera, y tratas de reducir un 10% de las palabras?. Si has escrito post de 800 palabras en el blog, por ejemplo, el objetivo de cortar a 720. Mira hacia fuera para:

  1. Repetir el mismo punto varias veces  a menos que estés haciendo esto deliberadamente, como un recurso retórico, es probablemente innecesario. Confías en que el lector lo conseguirás por primera vez.
  2. Insípida frases como "en mi opinión ..." o "es mi creencia de que ..." De vez en cuando éstos están garantizados, a menudo, simplemente se puede prescindir de ellos.
  3. Adjetivos innecesarios. No nos dicen "John dijo en voz alta" si se puede decir "Juan le gritó".

# 6: Uso de corrección ortográfica. Usa tus ojos, pero demasiado

Siempre que ejecutes tu trabajo a través de un corrector ortográfico. Eso podría significar usar un plugin para el navegador, o simplemente escribiendo en Word u otro procesador de texto para que puedas comprobar si las líneas onduladas de color rojo.

No te confíes en la corrección ortográfica para ver que todo esta bien. Algunos errores se deslizan a través de las palabras que faltan son muy comúnes, como son homófonos (palabras que suenan igual pero se escriben diferente, como "que" y "bruja"). A veces, el corrector ortográfico se dará cuenta de las palabras que en realidad son correctas, el mío tiene algunas ideas extrañas sobre "su" y "es" - así que no siguen ciegamente todas las sugerencias.

# 7: lee tu trabajo al revés (o lentamente)

Es difícil la prueba de leer tu propio escrito: en esta etapa final de edición, que estás tan familiarizado con las palabras en la página que los errores sólo se deslizan más allá de ti. Un truco para mejorar la prueba de lectura es leer hacia atrás desde el final del trabajo.

Si te encuentras leyendo hacia atrás demasiado torpe, a continuación, trata de leer lentamente. Eso podría significar correr un lápiz a lo largo de cada línea a medida que lees, o el aumento del tamaño de la fuente de modo que no veas tantas palabras en un momento en tu pantalla.

# 8: ¡Publicalo!

Por último, para editar así, necesitas parar el tiempo. Si te encuentras tomando comas fuera y ponerlos de nuevo, o volver a escribir la introducción de una forma entonces de cambiar de nuevo, entonces ya está: es hora de poner tu trabajo al mundo.

Si eres como la mayoría de los escritores, nunca te sentirás del todo seguro acerca de tu trabajo. Vas a tener una sensación persistente de que todavía podría ser mejor. Pero la perfección es una meta inalcanzable para conformarse con lo suficiente bueno. Incluso si algunas imperfecciones siguen siendo, un artículo publicado es infinitamente más útil a tus lectores que una pieza que se encuentra en su disco duro para siempre.

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